martes, 14 de octubre de 2014

Diálogos de Juventud: Ion


Platón elige como forma de expresión de su pensamiento el diálogos. En estos diálogos, el interlocutor mayormente será Sócrates; es posible que como tributo a su maestro. Estos diálogos se dividen cronológicamente en diálogos de juventud, diálogos de transición, diálogos de madurez y diálogos de vejez.

Entre los diálogos de juventud destacan algunos como "Eutifrón", "Laques", "Ion", "Menexeno", etc...


Yo, en particular, he decidido leer "Ion". Este diálogo trata sobre la poesía como un don divino, y en el se sitúan dos personajes en el plano: Sócrates e Ion (El supuesto mejor rapsoda en lo que se refiere a Homero)


En primer lugar, me gustaría dejar claro el significado de "rapsoda"; que aunque para mí ha sido evidente por el contexto quizá para otra persona no lo sea. Por lo tanto, un "rapsoda" en la Antigua Grecia (sobretodo primer milenio a.C.) era un recitador o pregonero que cantaba poemas homéricos u otras poesías épicas; y que, a diferencia de los aedos, no componían sus propias obras; sino que se limitaban a recitar las obras de otros.

En segundo lugar, he aquí un enlace a un pdf del diálogo de "Ion", ya que a cualquier persona que le interese mi comentario sobre el mismo es muy probable que le guste leerlo.

Como resumen de este diálogo podría decirse que únicamente hay dos personajes Sócrates e Ion de Éfeso; esto último acaba de proclamarse ganador de los juegos de Asclepios, en Epidauro debido a su excelso conocimiento de Homero. Ion al encontrarse con Sócrates le cuenta sus éxitos en Epidauro y este irónicamente admira a Ion por saber mucho sobre Homero, pero le pregunta si sabe de otros dos poetas reconocidos de la época "Hesíodo y Aquiloco"; a lo que Ion responde que puede tener idea de las cosas que coinciden con Homero, ya que este siempre le ha interesado más. Entonces Sócrates le expone tres cosas que son expuestas de forma similar por los tres poetas y le pregunta sino podría hablar de Hesíodo y Aquiloco como lo hace de Homero. y le da numerosos ejemplos concisos. Y finalmente, llegamos a la conclusión de que ningún poeta extrae su talento de un arte o una ciencia; sino que es gracias a una inspiración, una posesión de carácter divino.

A mi en concreto me ha parecido un diálogo ameno de leer, he de reconocer que también soy forofa y partidaria de la poesía. Sin embargo, no creo que se deba a una inspiración divina. Es cierto que términos como "inspiración" y "musa" se siguen empleando en el arte; pero no creo que sean tan literales, es más bien como una metáfora. Yo creo que en primer lugar depende de la propia predisposición de la persona y de lo que podríamos llamar el "talento en bruto" de la misma para cualquier aptitud y que en segundo lugar depende también de la formación que se haya recibido para perfeccionar ese "talento". De manera que con un poco de combinación de ambas podría dar la impresión de que simplemente has nacido para ello y es como si el propio Homero hablase a través de ti; pero para mi gusto es una conclusión demasiado fantasiosa.