martes, 30 de septiembre de 2014

Heráclito y la realidad cambiante


Según Heráclito, no hay nada que permanezca siempre igual, como él dice "el niño crece, el agua enfría, la fruta madura..." Nos comenta que el ser de cada cosa consiste en cambiar, que la realidad se transforma y es variable e inestable. Sin embargo, aunque comparto que el niño crece o la fruta madura, no creo que eso suponga un cambio de la realidad; puesto que el niño aunque crezca, se haga mayor, envejezca... será siempre la misma persona, con sus propias características físicas y psicológicas. Lo mismo que ocurre en el caso de la fruta, ya que un limón sigue siendo un limón este verde, maduro o podrido; lo único que ocurre es un proceso natural de la propia existencia, que nada tiene que ver con los cambios que él plantea. Podemos decir que una montaña es una montaña, a pesar de los cambios normales producidos por la erosión y demás factores climatológicos; es decir, el conocimiento que nosotros poseemos de dicha montaña no depende de los cambios que la afecten. En resumen, el conocimiento de las cosas no depende de un Logos, ni de que esa misma cosa se haga más pequeña, más grande o más vieja; si no de que no varíe su esencia. Desde mi punto de vista un perro, independientemente de que raza sea, será siempre un perro.